
Durante el mes de Agosto, los suelos se preparan para una nueva temporada, los ecosistemas ajustan sus ciclos y muchas especies comienzan a reactivarse en silencio.
Este tiempo nos recuerda la importancia de respetar los ritmos de la tierra y de actuar en armonía con el entorno que habitamos. En este contexto en fundamental:
•Evitar quemas agrícolas y de residuos, ya que deterioran la calidad del aire, empobrecen el suelo y ponen en riesgo la vida silvestre.
•Fomentar prácticas regenerativas, como el compostaje, que permiten devolver nutrientes al suelo de forma natural.
•Observar y proteger los ciclos de la biodiversidad, especialmente ante la llegada de aves migratorias y otros movimientos estacionales.
Agosto nos invita a hacer una pausa, a reflexionar sobre nuestra huella y a prepararnos para actuar con mayor compromiso ambiental. Honrar el descanso de la tierra es también una forma de cuidarla y reconocer que toda la vida, incluído el ser humano, depende de su equilibrio.